Descubre los retos de las emisiones globales, las oportunidades que generan las energías renovables y cómo diferentes regiones están abordando la transición energética. Un análisis que conecta estos cambios con su impacto en la economía mundial y el futuro climático.
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El panorama mundial de las emisiones está evolucionando rápidamente, impulsado por el aumento del consumo energético en los países en desarrollo. Aunque las emisiones siguen aumentando, muchos países están avanzando en la adopción de estrategias de energía renovable y mitigación del cambio climático, en la adopción de energías renovables y estrategias de mitigación del cambio climático.
Esta transición plantea retos y oportunidades para las empresas y los responsables políticos en su camino hacia un futuro con bajas emisiones de carbono.
Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) en 2023 alcanzaron un total de 53 gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCO2eq), excluidas las emisiones procedentes del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura. Las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía en 2023 aumentaron un modesto 0,1% en comparación con 2022, alcanzando un total de 37.400 millones de toneladas (Gt). Este sector engloba actividades como el transporte, la electricidad, la generación de calor, el funcionamiento de edificios, la industria manufacturera, la construcción, el transporte, emisiones fugitivas y otros procesos de combustión. Las emisiones mundiales de CO2 procedentes de los combustibles fósiles y la industria han aumentado un 1,6% interanual desde el año 2000 y un 2,4% interanual desde 1900.
En 2023, las economías avanzadas seguirán teniendo unas emisiones per cápita aproximadamente un 70% superiores a la media mundial, mientras tanto, las emisiones per cápita de la India son significativamente inferiores, aproximadamente 2 toneladas, menos de la mitad de la media mundial.
El sector eléctrico representa aproximadamente el 40% de las emisiones totales de CO2 del sector energético mundial debido a su dependencia de combustibles fósiles como el carbón y el gas natural; La contribución del sector eléctrico a las emisiones de GEI varía según las regiones.
En todo el mundo, el carbón sigue siendo la fuente dominante (35%), seguido del gas natural (23%), la energía hidroeléctrica (16%), las energías renovables (eólica y solar) (16%) y la energía nuclear (10%). En la India, por ejemplo, el carbón es la principal fuente de energía, con un 70%, mientras que las renovables y la hidroeléctrica contribuyen con un 16% y un 10% respectivamente, mientras que el gas natural sólo representa un 4%.
Oriente Medio depende principalmente del gas natural (66%) y el petróleo (30%), y sólo un 4% de las energías renovables. En Estados Unidos, el gas natural encabeza la lista con un 40%, seguido del carbón y las energías renovables, cada una con un 20%, y la nuclear con otro 20%. Europa, sin embargo, tiene una combinación más limpia con un 40% de energías renovables, un 25% de energía nuclear y una menor dependencia del carbón (15%) y el gas natural (15%). Estas variaciones regionales ilustran las distintas fases de transición energética y los correspondientes perfiles de emisiones de GEI.
Esta diversidad de fuentes de energía afecta directamente a los factores de electricidad en estas zonas geográficas. La gran dependencia del carbón de la India lleva a uno de los factores de emisión más altos, aproximadamente 0,71 gCO2/kWh. En cambio, Europa, con sus bien repartidas fuentes de energías renovables y energía nuclear, tiene factores de emisión mucho más bajos, en torno a 0,258 gCO2/kWh.
La descarbonización del sector eléctrico es indispensable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura global. La iniciativa (SBTi) anima a las empresas eléctricas a fijar objetivos de reducción de emisiones con un límite de calentamiento de 1,5 °C, utilizando el enfoque de descarbonización sectorial (SDA). Además, la integración de tecnologías de carbono, como la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono y la captura directa en el aire, será esencial para alcanzar los objetivos cero. La iniciativa también hace hincapié en las emisiones en toda la cadena de valor, desde la extracción hasta el uso final, para garantizar la descarbonización.