La inteligencia artificial generativa se consolida como una aliada clave para los CFO, al impulsar la eficiencia operativa, optimizar tareas administrativas y generar resultados medibles que justifican la inversión en un entorno tecnológico en constante evolución.
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Los directores financieros actuales deben sopesar una compleja serie de factores para determinar qué herramientas proporcionarán el mejor retorno de la inversión y justificarán dichos gastos.
A medida que el gasto en IA sigue creciendo, también lo hacen las responsabilidades de los directores financieros al respecto. Los directores financieros deben mantener la disciplina en lo que respecta a los costes, al tiempo que determinan dónde aplicar la IA en sus organizaciones, incluida la función financiera. Por ejemplo, la IA puede ayudar a optimizar varias tareas y procesos en el back office, como reducir el tiempo de cierre mensual.
Es en todas las tareas administrativas donde se obtiene la verdadera eficiencia, estas son algunas de las últimas ideas sobre los riesgos y beneficios de las herramientas de IA en evolución para ayudarle a usted y a su organización a navegar por este espacio tecnológico en rápida evolución.
La IA como motor de eficiencia administrativa.
Los directores financieros encuentran una ventaja segura de la IA en lo cotidiano: las tareas administrativas
Mientras los programadores, emprendedores y capitalistas de riesgo se apresuran a descubrir las aplicaciones de inteligencia artificial más novedosas y prometedoras, los directores financieros ya pueden obtener los mayores y más rápidos beneficios de la IA en lo cotidiano: las tareas administrativas de sus empresas.
Según varios estudios recientes, la IA ha optimizado y reducido los costes en toda una serie de tareas, acortando el tiempo de cierre mensual, acelerando la resolución de las consultas de los clientes y agilizando la introducción de datos, el procesamiento de facturas y el tiempo de incorporación.
Resultados medibles y retorno de la IA.
Es en todas las tareas administrativas donde se obtiene la verdadera eficiencia, En realidad, se puede hacer más rápido, más transparente o automatizado.
Por ejemplo, los contables que utilizan inteligencia artificial generativa pueden mejorar el nivel de detalle de los informes financieros en un 12 %, dedicar el 8,5 % de su tiempo a tareas de mayor valor en lugar de a tareas rutinarias de back office y reducir en 7,5 días el tiempo necesario para completar el cierre mensual, según los investigadores.
Mediante el uso de la IA generativa, los contables pueden dedicar más tiempo al trabajo analítico, al control de calidad y a la comunicación con los clientes, las ventajas de la IA también son cuantificables, lo que valida los gastos en un panorama de IA plagado de grandes promesas sin probar de alto valor y proporciona a los directores técnicos y financieros datos que ayudan a crear consenso entre los altos directivos sobre los nuevos gastos.
Las aplicaciones de IA en las oficinas administrativas son donde se obtienen ahorros y resultados tangibles que son fáciles de documentar, se basan en métricas, son repetibles y escalables.
Cuando se habla internamente y se intenta demostrar realmente el valor de la tecnología, la automatización y las transformaciones, las organizaciones que crean esas tarjetas de puntuación y articulan el valor de algunas de esas automatizaciones administrativas están logrando victorias fáciles, cuando se empieza a entrar en casos de uso más ambiguos, la venta se vuelve un poco más difícil.
Las señales de entusiasmo por la IA chocan con una encuesta del MIT que reveló que el 95 % de las organizaciones no están obteniendo ningún rendimiento de la tecnología, incluso después de una inversión de entre 30 000 y 40 000 millones de dólares.
Solo el 5 % de los proyectos piloto de IA integrados están generando millones en valor, mientras que la gran mayoría sigue estancada sin un impacto medible en las pérdidas y ganancias, según el estudio del MIT.
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